lunes, 9 de enero de 2012

Tampoco bailarina

Tampoco hubiera querido ser bailarina. No porque me atormente el público y tampoco por la figura que por supuesto aunque no me acompaña, suele educarse. Me gusta el ballet aclaro, pero definitivamente esa vida de privaciones no era para mí. Negarme a comer un helado (o varios) sería un tormento insoportable (aunque todos deben serlo). Además, de niña prefería pasar horas acunando a mis muñecas, inventándoles mil cuentos para que se quedaran dormidas. Recientemente he visto la película Black Swan. Y aunque quien la recomendó se cuenta entre sus detractores eso no influyó, por suerte, en mi criterio al final de la película. Verla me permitió comprobar todo lo que ya me habían dicho, bailarina no, no es para mí.
Desde los 12 años vuelo. Pocas veces como las aves Lo usual es que no tome mucha altura, más o menos la altura de una puerta. Soñar que estás volando, dicen científicos, es el símbolo de la libertad, este sueño ofrece buenos presagios. Son comunes a muchas personas. Simbolizan nuestra inspiración y el deseo de realizar nuestras metas y más profundos anhelos. Nunca tengo alas en mis sueños. ¿Será por eso que no me elevo? No obstante, si en mi sueño también llego hasta ti… Lo sé con certeza: habré cumplido mi mayor anhelo.

Mami Cazafantasmas

De niña tenía miedo a las películas de terror. Una fauna completa de monstruos habitaba bajo mi cama. Profanaban mi cuarto, e incluso se comían mis chancletas porque yo salía corriendo y no me las ponía para saltar a la cama de mamá. Ni siquiera con la luz encendida estaba a salvo, los asesinos de las películas de acción, los pistoleros: todos ellos querían hacerme su rehén. Únicamente la presencia de mami tranquilizaba mis miedos, nada ella tenía que hacer, simplemente estar ya era suficientemente bueno para espantar mis fantasmas. Mis sueños eran plácidos a su lado. A la altura de mis 22 años (porque todavía puedo escribir y decir mi edad) aún duermo con ella. Ahora mis temores tienen que ver con otras cosas, pero mami los sigue disipando únicamente con estar.