domingo, 8 de enero de 2012

El gato, la luna y tú

Yo nunca hubiera querido ser un gato. No me gustan. Es más, los detesto. Para mí, con el mayor respeto a los que adoren los felinos, tienen la mirada del demonio. Por supuesto que nunca lo he visto en persona pero no sé, simplemente su mirada me parece terrorífica. Y siempre la misma, repetida en todos los felinos variando el color de los ojos. En todo caso, si en otra vida lo hubiera sido me habría enamorado de la Luna. Porque la Luna es otra cosa, la Luna es de todos pero no todos la quieren. Algunos la prefieren llena y a otros les da frío pero a mi la Luna me recuerda a ti. Quiero mirarla contigo pero por ahora me conformo con mirarla y sonreír, odiando a los gatos y pensando en ti.