martes, 31 de enero de 2012

No me hace falta febrero

Sufro con cada febrero. Yo hubiera declarado que el día del amor coincidiera con los meses más calurosos. Así que si me vas a regalar flores no las quiero. Porque si las mandas con alguien no tiene gracia. ¿Cómo entonces te agradezco en besos? Mejor mándate tú en un sobre, aunque yo misma lo sugiero me haré la soprendida para que piense el mundo entero lo que quiera mientras te digo bajito una cosa que solo oímos tú y yo. Tampoco te tomará de sorpresa pero hazte el sorprendido para que el mundo comente lo que quiera mientras te digo de nuevo, lo mucho que yo te quiero. No tiene que ser febrero, porque de hecho todavía es 31.

lunes, 30 de enero de 2012

Desde mucho antes

Ahora corro hasta ti y te abrazo muy fuerte como si me quisiera quedar pegada o mejor te beso con cola loca en los labios para que no puedas desprenderte. Y entonces me despierto y como no te encuentro mi pobre almohada cae en la otra punta de la cama, cargando con todas las culpas que son del tiempo, del destino, de la suerte, del camino, del horóscopo, de los amigos. Culpable el tiempo que pasa rápido y se escapa pronto cuando estás conmigo, culpable el destino que nos hizo coincidir ahora y no un poquito antes, culpable la suerte si es que existe porque no la tuve para tenerte entre mis brazos y no soltarte jamás, el camino que no me puso enfrente tuyo y el horóscopo !tan tonto! que se empeña en proclamar que no somos compatibles. Si antes no le creía ahora menos. Y tantos amigos en común, jamás les pasó por la mente que tú y yo seríamos el uno para el otro, pero los exhonero. De haberlo sabido ellos, que tu felicidad iba a ser la mía, te habrían presentado mucho antes.

jueves, 26 de enero de 2012

Deseo

Voy a subirlo bien alto, donde nadie pueda alcanzarlo. O tal vez lo esconda en algún lugar del océano o en el patio de la casa, pero tendré que escribir en un papelito donde fue que lo puse. Con esta mala memoria, que no me llega ni a 128MB, no es que no quiera acordarme pero estoy convencida de que segurito que lo olvido. Ya sé, voy a esconder tu nombre de galán de telenovelas, como dice mi abuela, en mis sueños. Ni tú podrás sacarte de ahí, serás mío para siempre y te veré también despierta únicamente al cerrar los ojos. Entonces, cuando te sueñe, me querrás para siempre y como es lógico, ya no querré despertar. A lo mejor, ahora caminando me encuentro al genio de la lámpara, me da tres deseos y aprovecho uno solo. Le prometo que si me lo cumple rápido enseguida le doy la libertad. Uno solito, un solo deseo. Pero que lo cumpla rápido porque ya no aguanto. ¿Quieres saber mi deseo? ¿Y si te lo digo y luego no se cumple? Ah no, que eso es con las velitas del cumpleaños. ¿De qué estaba yo hablando? Oh sí, que te cuente el deseo. Bueno... si me dijeran pide un deseo, muy fácil, después de haberlo pensado mucho,

gritaría tu nombre.

miércoles, 25 de enero de 2012

Yo espero

Ya no seré precavida contigo. No puedo dejar de temer pero quiero todo y nada a medias. Por esa razón te espero. Porque sé que cuando sea, habrá valido la pena. Para que duermas tranquilo donde quiera que estés durmiendo, te espero porque ya sé, porque vi hasta el final la película y es un happy end. Los protagonistas enfrentan las adversidades para ser los más felices del universo, no ya por un ratico sino para siempre y eso aunque para siempre te parezca mucho mucho tiempo. Así que ya lo sabes... no tienes que pedirme de favor que espere porque ya lo hago, y aunque de la película ya me sé el final no dejo de verla.

lunes, 23 de enero de 2012

Abelito

Según parece quien decretó que las palomas son símbolo de paz, no conoció a Abelito. Él no era aficionado a la colombofilia. Tampoco en este caso Abelito es el diminutivo de Abel, bueno quizás si pero no. Abelito fue el nombre que le dieron a una paloma que por su fuerza hubiera podido ganar cualquier torneo en los que se presentó, pero jamás lo hizo hasta un día. Incluso buenos ejemplares no regresaron de aquel vuelo a Maisí pero Abelito si lo consiguió. Estuvo entre los primeros pero había algo extraño en su vuelo. El resto de las palomas siempre voló con mejor estilo, su aterrizaje fue algo complicado. En su pata colgaba la banda premiada y en una de sus ala, el motivo de nuestra inquietud. Abelito había volado desde Maisí hasta su palomar en Villa Clara con un plomo en el ala izquierda. Vino a su casa para morir en las manos de su dueño.

domingo, 22 de enero de 2012

Abuelo

Cuando comencé a jugar ajedrez tenía más o menos 7 años. Aunque provengo de una familia con tradición, jamás alcancé un lugar sobresaliente. A mí me encantaba estudiarlo pero francamente estar sentada tanto tiempo me ponía intranquila. La última vez que jugué en un evento importante tenía 12 años (sin contar los Juegos Criollos en la universidad). Era una competencia provincial y yo no había perdido hasta el 30 de enero. Fue mi última partida muy importante y recuerdo, a pesar de la distancia que yo llevaba las piezas negras. Casi era de noche, la ronda, se había extendido un poco más. A las 8:50pm, según supe después, separado por 17 kilómetros de mí murió abuelo: hecho, que por cierto yo jamás consideré en mis pronósticos de la vida.

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La promesa

Él me había prometido que jamás se iba a ir de mi lado. Una vez pregunté : “Abuelo, ¿cuándo te vas a morir?” Creo que fui tan ingenua porque no tenía un verdadero concepto de lo que significaba la muerte. Mi referencia más cercana había sido hasta entonces el personaje de Francisca y la muerte, que como algunos sabrán vino a llevarse a la ancianita y finalmente no cumplió su misión. Entonces abuelo me aseguró que no se iría hasta que no tuviera alguien más que me cuidara, alguien que por supuesto tendría que pasar por su aprobación, por un riguroso examen (más difícil que los doce trabajos de Hércules). Yo dije no estar de acuerdo y por fin coincidimos en que llegado el día de morirnos, nos apretaríamos las manos y entonces el otro también podría irse para siempre. Recuerdo como si fuera ayer los gritos de mami: “No le digas esas cosas, que después a ver cómo le explicamos”. Él replicaba sin alterarse: “ese no es mi problema, ya le explican ustedes como puedan”.

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A mis 12 años no estaba lista todavía para dejarle partir. Pero diez años después todavía siento a veces, cuando el viento sopla suavecito, que está más próximo que nunca. Porque no incumplió su promesa. Ha estado más cerca en estos días cuando el calendario indica que se cumple aniversario de su desaparición física.

viernes, 20 de enero de 2012

Será que tengo alma de bolero

Da lo que sientes a la persona que te lo hace sentir
G.G.M

Hay muchas formas de hacerlo pero la gente siempre se anda con cuidados a la hora de manifestar algo tan serio. Yo creo que es mucho más simple, de lo que pensamos. Aún cuando he escuchado a más de un cantante preguntar sobre esto. Simplemente, a veces nos esforzamos en complicarlo todo. Porque decir Te quiero no es algo sobrehumano. Conozco a alguien que reclama sus te quieros. Es mejor que se le den porque en el caso contrario protesta como un niño sin caramelo. Internet es muy impersonal y no comprende bien ese concepto. Con hechos o decirlo con palabras, es preferible a los teclazos. Sin embargo le he escrito este post, a ese alguien, solo para decirle después de tantas letras, algo que sabe: Te quiero.

jueves, 19 de enero de 2012

Arriba el Barca, otra vez!

Ayer mi tutor creo que me gritó por correo. No tenía que ver con algún retraso en algo de la tesis sino con la derrota de su club favorito. Sin embargo, tuve que alegrarme. Había caído el Real Madrid frente a mi Barcelona. Ya sé que los periodistas no deben ser tan parciales, pero no puedo dejar de alegrarme. Tengo un amigo que vive en otro continente y me escribe enormes esquelas electrónicas cada vez que uno de mis equipos se enfrenta con los suyos. Hoy, sin embargo, creo que no le hará. Ha sido muy fuerte para él después de haber estado ganando 1-0. Los equipos son como los colores, cada cual escoge el que más le gusta. Pero sucede algo distinto. Si te queda mal un color al vestir, te lo puedes poner aunque hagas el ridículo. Pero si tu equipo pierde te pasa como a mí con Villa Clara en el 2010, a propósito de que van bien este año ya es tema para otro post.

domingo, 15 de enero de 2012

Azul de mi secreto

Me gusta el azul en todas sus variantes. Me gusta como se pone el cielo cuando va a llover y cuando amanece. El azul puede ser triste o alegre, puede denotar muchas cosas porque tiene más de una gama. No puedo decidirme por un azul. ¿Y si se acaba el azul? Elijo el verde que es su primo hermano o su hijo. ¿Y si se acaba el verde? Mira, te digo un secreto, guardé un pedacito de azul para los dos, un pedacito de cielo solo para nosotros. Pero no se lo digas a nadie porque entonces todos van a querer un trozo y nos quedaremos sin nada, y cuando el mundo se quede sin nubes, van a querer mi cielo despejado, no es que sea egoísta pero ahora todos tienen uno. Si comentas que le corté un pedacito no podré regalártelo así que quédate calladito y no se lo digas a nadie.

martes, 10 de enero de 2012

Exclusividad de las ranas

Yo nunca tuve miedo a las ranas. De hecho las encuentro bastante exclusivas en relación con otros animales. Los perros y los gatos se parecen un poco. Pero la rana no se parece absolutamente a nadie más que a sus propias congéneres. Cuando estaba en el preuniversitario el baño del albergue era un verdadero criadero. Recuerdo que algunas veces, bueno casi siempre, me acostaba durante el mediodía pero no por mucho tiempo. ¡Me despertaban para que sacara las ranas del baño! Pero un día me percaté de que cuando apretaba la rana en mi mano, siempre con papel porque sin él ni muerta, las ranas salían lesionadas: Con una pata inmóvil de por vida. Me daba tanta tristeza que trataba de no presionarlas, pero por temor a que se escaparan tenía que apretarlas y un día… una se escapó y la gritería fue enorme. Tanta, que incluso entró el profesor de guardia a ver lo que pasaba. Entonces descubrí que las ranas pueden oler el miedo. Cuando uno les va con miedo enseguida saltan. Y así pasa a veces en la vida con los problemas. Hay que enfrentarlos sin miedo, porque si uno no los enfrenta la cosa se pone peor y después la gritería (el tormento) es tan grande que vienen otros, como aquel profesor de guardia, a ver qué es lo que pasa.

lunes, 9 de enero de 2012

Tampoco bailarina

Tampoco hubiera querido ser bailarina. No porque me atormente el público y tampoco por la figura que por supuesto aunque no me acompaña, suele educarse. Me gusta el ballet aclaro, pero definitivamente esa vida de privaciones no era para mí. Negarme a comer un helado (o varios) sería un tormento insoportable (aunque todos deben serlo). Además, de niña prefería pasar horas acunando a mis muñecas, inventándoles mil cuentos para que se quedaran dormidas. Recientemente he visto la película Black Swan. Y aunque quien la recomendó se cuenta entre sus detractores eso no influyó, por suerte, en mi criterio al final de la película. Verla me permitió comprobar todo lo que ya me habían dicho, bailarina no, no es para mí.
Desde los 12 años vuelo. Pocas veces como las aves Lo usual es que no tome mucha altura, más o menos la altura de una puerta. Soñar que estás volando, dicen científicos, es el símbolo de la libertad, este sueño ofrece buenos presagios. Son comunes a muchas personas. Simbolizan nuestra inspiración y el deseo de realizar nuestras metas y más profundos anhelos. Nunca tengo alas en mis sueños. ¿Será por eso que no me elevo? No obstante, si en mi sueño también llego hasta ti… Lo sé con certeza: habré cumplido mi mayor anhelo.

Mami Cazafantasmas

De niña tenía miedo a las películas de terror. Una fauna completa de monstruos habitaba bajo mi cama. Profanaban mi cuarto, e incluso se comían mis chancletas porque yo salía corriendo y no me las ponía para saltar a la cama de mamá. Ni siquiera con la luz encendida estaba a salvo, los asesinos de las películas de acción, los pistoleros: todos ellos querían hacerme su rehén. Únicamente la presencia de mami tranquilizaba mis miedos, nada ella tenía que hacer, simplemente estar ya era suficientemente bueno para espantar mis fantasmas. Mis sueños eran plácidos a su lado. A la altura de mis 22 años (porque todavía puedo escribir y decir mi edad) aún duermo con ella. Ahora mis temores tienen que ver con otras cosas, pero mami los sigue disipando únicamente con estar.

domingo, 8 de enero de 2012

El gato, la luna y tú

Yo nunca hubiera querido ser un gato. No me gustan. Es más, los detesto. Para mí, con el mayor respeto a los que adoren los felinos, tienen la mirada del demonio. Por supuesto que nunca lo he visto en persona pero no sé, simplemente su mirada me parece terrorífica. Y siempre la misma, repetida en todos los felinos variando el color de los ojos. En todo caso, si en otra vida lo hubiera sido me habría enamorado de la Luna. Porque la Luna es otra cosa, la Luna es de todos pero no todos la quieren. Algunos la prefieren llena y a otros les da frío pero a mi la Luna me recuerda a ti. Quiero mirarla contigo pero por ahora me conformo con mirarla y sonreír, odiando a los gatos y pensando en ti.